¿Cómo responder a Trump y sus aranceles?

Ramón Parellada C. / Empresario, catedrático universitario y director del Centro de Estudio Económico-Sociales (CEES). / rpc@cees.org.gt

Publicado: Prensa Libre/ Guatemala 22 de agosto del 2025

¿Libre comercio o proteccionismo? Ramón Parellada explica cómo los aranceles impuestos por Donald Trump reflejan más intereses políticos que argumentos económicos y por qué Guatemala debería eliminar barreras para ganar competitividad y beneficiar a los consumidores.

El mundo entero ha comenzado este año con nuevas condiciones en el comercio exterior. Donald Trump ha impuesto aranceles a todos los países con los que comercia. Veo dos razones detrás de esta imposición: proteccionismo y negociación. Proteccionismo, porque Trump quiere que muchos productos que se importan se fabriquen nuevamente en ese país, y negociación, porque en una importante mayoría de casos, los demás países tenían un mayor proteccionismo que el de Estados Unidos. En este mes parecen haber quedado establecidos ya los aranceles finales para los próximos años, con un 10% hasta un 50% en general.

Restringir, a través de aranceles o barreras no arancelarias, el comercio exterior es puro proteccionismo y política. No hay argumentos económicos para imponer barreras al comercio exterior. Si vemos los aranceles proteccionistas, o incluso las barreras no arancelarias como permisos, licencias, prohibiciones por motivos de salud u otro tipo, ninguno se justifica económicamente. Lo único que hacen estos aranceles es restringir la competencia, lo que se traduce en una reducción de la cantidad de productos que el consumidor puede escoger, y los precios se incrementan. Esto aplica para el país que impone los aranceles; el comercio exterior se disminuye. En cuanto a las razones políticas, un ejemplo claro es el 50% impuesto a ciertos productos de Brasil, un país que, además de ser muy proteccionista, ha tenido un juicio contra su anterior presidente que a todas luces parece injusto. Esta presión del país más poderoso y rico del mundo es efectiva. La mayoría se ha alineado y negociado nuevas condiciones del comercio exterior, disminuyendo aranceles en productos sensibles, eliminando alguno que otro subsidio y aceptando los nuevos aranceles de Trump.

Los países centroamericanos quedaron con un arancel del 10%, con excepción de Nicaragua, a la que se le impuso un arancel del 18%. Sin embargo, debido al Tratado de Libre Comercio entre República Dominicana, Centroamérica y Estados Unidos (Cafta-DR), existen algunas ventajas que se pueden aprovechar para que los productos fabricados en esta región, con materias primas provenientes de Estados Unidos, no paguen ningún arancel por ese componente. Solo pagaría el 10% por el resto cuyo origen no sea Estados Unidos. De todos modos, considero que se puede hacer más para eliminar ese 10% y dejar todo en 0%. ¿Cómo? Por ejemplo, en Guatemala se podrían eliminar todas las barreras arancelarias y no arancelarias que aún existen como primer paso, y dejar de cobrar el impuesto al valor agregado (IVA) en los puertos cuando ingresa el producto. El IVA se pagaría según se vaya vendiendo el producto, mes a mes.

Eliminar las barreras arancelarias y no arancelarias haría que los guatemaltecos puedan encontrar más productos a mejores precios. Una disminución en el precio de los productos equivale a un incremento real en sus ingresos. La competencia se incrementaría y haría que los productos locales sean más eficientes y productivos. En cuanto al IVA, permitiría que las empresas reduzcan el capital de trabajo por todo lo que importan. Esto significa menor costo financiero y empresas más competitivas. Al final, el IVA siempre se pagará, pero no en el ingreso de la materia prima, sino en la venta del producto final. Lo del IVA no debería ser argumento para que Estados Unidos imponga aranceles, porque no lo han entendido así; por lo tanto, la idea de no cobrarlo en el ingreso a puerto de los contenedores es una buena idea que trae beneficios a los inversionistas. Al final, si Guatemala logra que Estados Unidos reduzca su arancel a 0%, tendrá una gran ventaja sobre otros países y beneficiará a todos los guatemaltecos. ¿Por qué no hacerlo de una vez?